Cada tipo de cabello tiene sus propias particularidades que es esencial conocer para mantenerlo correctamente y preservarlo. Descubre con este artículo los gestos a adoptar este verano según la naturaleza de tu cabello.
Cabello graso
Este tipo de cabello no es el más sensible a los efectos negativos del agua de mar, todo lo contrario. El agua salada les beneficia ya que permite desinfectar el cuero cabelludo: calma las picazón, ayuda a reducir la caspa, favorece la circulación sanguínea, estimula el crecimiento del cabello y también permite eliminar naturalmente el exceso de sebo producido.
De hecho, te aconsejamos aprovechar el baño para darte un pequeño masaje craneal de unos minutos y así favorecer los efectos beneficiosos del agua de mar. Nada más simple, pasa la cabeza bajo el agua para mojar completamente tu cabello, luego haz movimientos circulares suaves por todo el cuero cabelludo. El contacto de la sal y la arena con la piel tendrá el efecto de un exfoliante estimulante y solo será beneficioso para tu cabello. Sin embargo, recuerda enjuagarlos bien con agua clara entre cada baño si es posible, o al final del día.
Para desenredar eficazmente tu cabello, te aconsejamos optar por un cepillo de cerdas de jabalí puro. Ideal para el cabello graso, este cepillo te ayudará a eliminar los residuos absorbidos durante el día y fortalecerá naturalmente tu fibra capilar. El pelo de jabalí está naturalmente cargado de queratina, una molécula mayoritariamente presente en el cabello, lo que permite una distribución del sebo desde las raíces hasta las puntas. Con el uso diario de este cepillo, tu cabello recupera poco a poco una regulación natural de la producción de sebo y así se beneficia de una hidratación intensa, una increíble suavidad y un brillo natural del que no podrás prescindir.
Es importante evacuar todos los residuos que tu cabello ha absorbido durante el día. Así que no olvides lavarlos con un champú especial “cabello graso” y hacer hincapié en el cuero cabelludo, especialmente si has realizado el masaje craneal. Hidrátalos y disfruta de tu noche.
No dudes en consultar nuestra rutina para cabello graso para saber cómo cuidar tu cabello sin esfuerzo.
Cabello seco
Naturalmente frágil, este tipo de cabello puede volverse más opaco y seco de lo normal durante una exposición prolongada a los rayos del sol y al agua de mar. Irritaciones o molestias también pueden aparecer en el cuero cabelludo, que puede volverse más sensible debido al pH elevado del agua yodada y la fricción de la arena sobre la piel. Por lo tanto, es necesario aportar suficiente hidratación a tu cabello, antes y después del baño, para evitar que se vea demasiado agredido por tu día de relajación.
Ten el reflejo de aplicar un cuerpo graso, como un aceite vegetal (coco, jojoba, monoï, ricino, aguacate, oliva o gel de aloe vera) para hidratarlos y nutrirlos en profundidad. Este cuerpo graso también actúa como una capa de protección no despreciable contra la sal, la arena, el yodo y los rayos ultravioleta. Hazlo preferiblemente unas horas antes de ir al agua para dar tiempo a tu cabello a absorber el aceite.
Utiliza un cepillo con púas de nylon si tienes el cabello denso o un peine de madera según tus preferencias, para desenredar al máximo tu cabello después del baño. Las púas de nylon atraviesan la masa capilar y ofrecen un desenredado más eficaz, mientras conservan los efectos beneficiosos del pelo de jabalí: hidratación, brillo y suavidad.
Si prefieres los peines, encontrarás tu felicidad entre nuestros modelos. La madera es, como el pelo de jabalí, un material naturalmente respetuoso con la fibra capilar que no agrede el cabello como podría hacerlo un peine de plástico. También permite una mejor distribución del sebo, y en este caso específico, de los aceites aplicados al cabello. No olvides volver a aplicarlo entre cada baño, insistiendo en las puntas que son mucho más frágiles.
Te aconsejamos hacer un champú completo al final del día y optar por productos suaves e hidratantes. Lo ideal es comenzar con un exfoliante nutritivo que venga a desinfectar el cuero cabelludo y eliminar la mayor cantidad de residuos posible. Nada más simple, mezcla en un bol 1 c. de azúcar, 1 c. de aceite de jojoba, que tiene la particularidad de favorecer el crecimiento del cabello y 1 c. de miel. Aplica la mezcla sobre tu cuero cabelludo y masajea ligeramente durante unos minutos, enjuaga abundantemente con agua clara y luego procede con el champú y el acondicionador. Para aportar aún más hidratación a la fibra, también puedes dejar actuar una mascarilla entre 10 a 15 minutos.
Cabello mixto
La particularidad del cabello mixto es que es graso en las raíces pero seco en las puntas, lo que hace que su mantenimiento sea bastante difícil. No son particularmente sensibles a la radiación solar o al agua de mar, pero requieren una atención especial.
Te sugerimos adaptar los consejos expuestos anteriormente y elaborar tu propia rutina de protección. Puedes, por ejemplo, aprovechar el agua de mar para desinfectar tu cuero cabelludo y así eliminar el exceso de sebo gracias al masaje craneal. Sin embargo, recuerda hidratar bien tus puntas entre cada baño. Aunque el cuero cabelludo tiende a ser graso, y por lo tanto poco sensible al agua de mar, debes tener en cuenta que las longitudes y las puntas sí lo son y que la hidratación sigue siendo tu mejor aliada. El gel de aloe vera puede ser una alternativa interesante para tu tipo de cabello, ya que es adecuado para todo tipo de cabello, seco o graso. Es una planta que hidrata y ayuda a la fibra a regular naturalmente su producción de sebo. Aplícalo en tu cabello entre cada baño para nutrirlo y proporcionarle una capa de protección contra los UV y el agua de mar.
Para desenredar tu cabello, puedes optar por un cepillo de pelo de jabalí puro o en fibra de agave si son más frágiles. Estos cepillos tienen la particularidad de distribuir eficazmente el sebo de tus raíces a las puntas, y así nutrir intensamente tu fibra sin que necesites añadir un cuerpo graso. Ambos aportan un cuidado natural a tu cabello, que recupera su vitalidad con el paso de los días.
No olvides siempre lavar tu cabello al final del día para eliminar todos los residuos absorbidos y aportar suficiente hidratación para preservarlos de las agresiones sufridas.
Ahora puedes disfrutar con total tranquilidad de tus salidas a la playa.